Translate

Psicología: Procesos creativos por expresión

Artículo revisado y actualizado: 14 de agosto del 2024.
Dr. Enrique A. León Maristany

Creatividad y emoción

Al seleccionar una investigación en los procesos creativos por expresión. Esta debe despertar en el investigador-artista una emoción positiva, motivadora y alentadora hacia su tema de investigación.

La psicología nos ayuda a comprender estas emociones y, sobre todo, qué emociones motivan al investigador. Philipp Lersch lo describe a partir del subtítulo de: Las emociones de las tendencias creadoras y cognoscitivas y nos refiere:

La alegría de crear. — Que el sentimiento que corresponde a la tendencia a la creación, la alegría de crear, se halla plenamente influido por la temática de la transitividad puede ser testimoniado por una frase de A. Carrel: «En la alegría de crear se disuelve la conciencia de la propia persona que se diluye en otro y en otros». (Lersch, 1974, p. 236).

Además, de la alegría, comprendemos el proceso de investigación desde una perspectiva en la que en el arte se asumen la cognicitividad y afectividad como componentes sustanciales de los que surge la expresión artística. Toda expresión artística está cargada de ambos componentes, que se integran intuitivamente en el proceso creativo durante la investigación. Lersch explica la relación y su integración, así como la ubicación de los sentimientos noéticos.


Los sentimientos noéticos correspondientes a la temática de las tendencias cognoscitivas son designados como noéticos por derivación de la palabra griega νησις, (pensamiento). La tendencia al saber busca el mundo como objeto de conocimiento tal como se muestra a los procesos del pensamiento. En este contacto se origina un grupo de sentimientos.  A estos pertenecen, sobre todo, el asombro y la admiración. (Lersch, 1974, pág. 236).

En términos generales, en los sentimientos noéticos aparecen visibles las raíces por las cuales incluso el pensamiento y el conocimiento se insertan en el fondo endotímico. Esta es la prueba de que los conocimientos de estos constituyen valores para el hombre. El conocimiento y el pensamiento no son meros reflejos pasivos de la realidad en el espejo de la conciencia, algo con lo que nos enfrentamos con indiferencia, sino que derivan más bien de una actitud viviente de investigación y de búsqueda del hombre frente a la realidad. 

Por esto, en los sentimientos noéticos, en los que la realidad es reflejada en el fondo endotímico del sujeto como objeto de la investigación, condicionada por la tendencia al conocimiento, son específicos del hombre, puesto que este no es absorbido y vivido por el mundo que le envuelve, sino que procura organizarlo, por medio de conceptos y juicios, en una clara trama dotada de orden y de sentido.


Arte e investigación

Dieter Lesague nos narra cómo, en 2003, en atención al Plan Bolonia celebrado ese año en Berlín, el tercer ciclo conducente al doctorado en Europa pasó a ser prioridad en la política europea de educación superior, también apareció la idea de un doctorado en artes en la política europea de educación superior. Comenta: “Lesague, en efecto, en el año 2003, y en la mayoría de los países europeos, el doctorado en artes no existía”. En los años posteriores, las instituciones académicas de diversos países europeos optaron por establecer el programa de doctorado. (Verwoert, y otros, 2010, p. 70).

Al referirnos al doctorado, nos referimos principalmente a la investigación. Sin embargo, las exigencias académicas exigían que la investigación sea sistematizada en un texto y la expresión artística sea necesaria.  Lesague nos ilustra así sobre esta exigencia:

Últimamente, algunos de los que defienden que un doctorado en artes no debería constar solamente de un portafolio artístico, sino también de un suplemento textual, han intentado salvar su tesis aduciendo que ese suplemento textual, no debería lógicamente adoptar una forma a la fuerza académica. Como hablamos de un doctorado en artes, deberíamos adoptar una actitud pluralista hacia el requisito de un texto como suplemento del portafolio artístico, en tanto parte del doctorado en artes, es imaginar fácilmente que los suplementos textuales adquieren una forma muy artística. Mientras tenga una apariencia de texto, podría ser un texto literario, un diario, tal vez incluso una obra teatral o una serie de poemas. 

Los artistas, que quieran defender una tesis de doctorado en artes, no debían de aterrorizarse ante el requisito de escribir un texto en formato académico. Podría ser también un texto artístico… la idea parece consistir en que la producción artística solo se puede juzgar adecuadamente si existe alguna forma de texto, académico o no, que lo suplemente. Por eso se nos induce a pensar que necesitamos alguna forma de texto con el fin de descifrar la obra artística que propone el artista deseoso de ser doctor en artes, con el fin de saber si esta obra merece de hecho el título de doctorado en artes. (Verwoert, y otros, 2010, págs. 76 - 77).

La definición final de Dieter Lesague respecto a la investigación artística.

Los artistas y las instituciones artísticas que dependen sobre todo de financiación pública deberían ser conscientes de que las autoridades públicas están sujetas a una enorme presión para legitimar porque determinadas instituciones o individuos son beneficiarios de la financiación pública. En resumidas cuentas, el discurso sobre la investigación artística parece una forma adecuada para explicar por qué los artistas necesitan tiempo, y por tanto dinero, para poder crear. La creación artística no solo tiene ver con los materiales que uno necesite comprar o con los espacios que necesite alquilar, sino también tiene que ver con el tiempo necesario para dedicarse a la reflexión, al estudio, al pensamiento. 

A decir verdad, la noción misma de investigación artística es bastante subversiva para un terreno que antes pagaba precios elevados por las obras de arte, con completa independencia de la cantidad de tiempo y de trabajo que se invierta en ella. Para mí, la noción de la investigación artística está también relacionada con el reconocimiento del artista como trabajador, como alguien que trabaja un determinado número de horas, de días, y que podría aspirar a recibir algún dinero por todas las cosas que hace. 

A mi juicio, el concepto de investigación artística no tiene nada que ver con un intento por lograr que las artes se adapten a la manera de proceder de las ciencias, que sean más metodológicas o más discursivas. Se trata antes bien del reconocimiento, del arte como forma de trabajo cognitivo, de lucha salarial de los artistas que ya no aceptan trabajar para una exposición, recibir un dinero por la producción de sus piezas y prácticamente nunca un pago por todo el trabajo que han llevado a cabo para preparar la exposición. 

En todo momento se dice a los artistas que inviertan en su trabajo, que especulen sobre el valor futuro de su obra. Se supone que los artistas han de aprender a convertirse en sus propios accionistas. El discurso que presenta a los artistas como investigadores debería ser también un discurso de capacitación, que valore al artista como trabajador y que contribuya al reconocimiento de la necesidad de pagar el tiempo y el trabajo que el artista dedica a su obra. (Verwoert, y otros, 2010, págs. 84 - 85).

La Reflexión ¿Método o proceso?

El método se conoce como un conjunto de procedimientos que presentan un inicio y un final. Existen numerosos autores que definen este concepto, por lo que es difícil referirse a este concepto a una sola persona o investigador. En la ciencia es necesario un método para la recolección de la muestra, el análisis de datos y la interpretación de los resultados de la investigación, así como una metodología estricta para investigar.

En la investigación artística no se dispone de una metodología clara para sistematizar la información mediante el empleo de metodologías; estas pueden interconectarse durante el proceso creativo y alterar o modificar la investigación. Finalmente, el resultado es el conocimiento adquirido por el arte y el artista. En conclusión, lo que influye en un aparente desorden durante el proceso creativo es la reflexión constante durante la creación. Esta reflexión requiere aspectos tales como conocimientos previos, idealización de la realidad, emociones emergentes, experiencias propias del artista, aparición de indicios que nos llevan a querer resolver algún problema, etc.

Se puede observar a los artistas renacentistas que llevaron a cabo investigaciones a medias o al final del proceso creativo, retrocedían en sus conceptos e ideas y eliminaban partes de sus cuadros, superando nuevas figuras que le otorgan un significado distinto a la obra artística. En progreso y retroceso para un cambio y experimentación en el desarrollo de su investigación. La presente evidencia demuestra que la investigación artística no se enfoca en la búsqueda de resultados, ya que el proceso creativo es un proceso que se lleva a cabo por el artista durante su creación. En caso de que los resultados no sean los esperados, el artista cambia, transforma o disimula.

Philipp Lersch explica que la reflexión es una categorización de la conciencia, la cual aparece a temprana edad seguida después del periodo de terquedad, y nos define lo siguiente:

Hay, pues, una diferencia notable entre conciencia y conciencia reflexiva. La primera es una función del yo que debemos considerar como identificadora, mientras que la segunda es una “toma de posición” de este mismo yo. Al yo le corresponden, pues, dos funciones: la fijación de las vivencias y la toma de posición frente a ellas. La una constituye la conciencia, la otra la conciencia reflexiva o —como también podríamos decir— la vivencia reflejada…

… Compete, pues ante todo, a la conciencia reflexiva el dirigir nuestra conducta.  Como en la conciencia entra en funciones el pensamiento, se le agrega en la conciencia reflexiva la voluntad. (Lersch, 1974, págs. 544 -545).

La reflexión y los cambios emocionales en el artista, guiarán su desarrollo creativo. No es una inestabilidad psicológica, el cambio es debido a una elevada creatividad, a veces incomprensible para el análisis. El proceso determina los pasos a seguir y no el método, tal y como se piensa que debería ser. En un ejemplo claro, un procedimiento específico para aprender a dibujar me instruye acerca de las directrices necesarias para lograr la creación de una figura en el ámbito estético. No obstante, en el futuro, la intuición me conduce por otros caminos y soluciona el problema de manera distinta a la aprendida. No comienzo por la derecha sino por la arriba. Empiezo pintando con la derecha y terminé haciéndolo con ambas manos. 

A veces, las capacidades y habilidades son tan diferentes que no existe un método para ambidiestros o zurdos. No es necesario que explique las diferencias que existen en la percepción del artista acerca del mundo. En última instancia, es imposible predecir los cambios ocasionados por su reflexión constante o el surgimiento de emociones que direccionan de una manera inimaginable el proceso creativo. En lugar de seguir una línea de principio a fin, a medio camino regresan como un círculo al inicio y vuelven a salir directamente al final o en un sendero en espiral que lleva la experiencia estética a un nuevo punto donde el proceso creativo se detiene, pero no termina.

Continúa en nuevas expresiones, generando un paradigma semiótico que se relaciona y continúa en otras obras, concluyendo la espiral para cambiar de paradigma. En otras palabras, lo que pensé realizar en un cuadro se hizo en múltiples cuadros, lo cual me llevó a crear una instalación que nadie esperaba.

En mi vivencia, al informarles a los estudiantes que deben llevar a cabo las creaciones estéticas con el docente de taller, y que él es el responsable de la evaluación y evaluación del proyecto de investigación, se elevan sus propuestas abocetadas y se inscribe este proyecto. Asimismo, experimentan una sensación de inquietud y ansiedad en cuanto a la situación, en caso de efectuar cambios. ¿Se pierde el proyecto? ¿Se tiene que modificar? A continuación, les explico que, cuando una efectúa una investigación científica en el proyecto, se incluyen los métodos e instrumentos y se desarrolla la investigación de acuerdo con lo planeado. Sin embargo, en este contexto, el proyecto no debe ser un instrumento de fuerza que limite la creatividad.

Durante el proceso de investigación en el taller, se producen modificaciones y el profesor es el encargado de supervisar la actividad de cada estudiante durante su investigación, guiando al alumno en este proceso, como asesor metodológico. Al concluir cada obra, se lleva a cabo un análisis semiótico y estético. No es posible efectuar un análisis previo, no se examinan los bocetos, se espera al final para construir el discurso a partir de estos análisis. Si el resultado resultó, fue una espiral que concluyó en lo que no se proyectó y ni se imaginó. No existe ningún impedimento en la proyección del cronograma y presupuesto, lo cual tiene una relatividad tan elevada que puede cumplirse tanto como alejarse de todo lo planificado. En un año, el alumno lo finalizó en casi dos oportunidades, y lo que consideró que costaría tanto, dio como resultado el doble.

El propósito de llevar a cabo una investigación artística consiste en identificar la creatividad. En el contexto de la creatividad, no se ha llevado a cabo investigaciones desde el arte, sino que se ha logrado buscar un objetivo como en la ciencia. No se ha desarrollado un proceso que puede inicialmente ser lineal y concluir en un espiral que regrese al punto de inicio, para volver a empezar, y solo la creatividad determinará el momento en que llegó a su fin. Cuando el Papa le preguntaba constantemente a Miguel Ángel Buonarroti, ¿Miguel Ángel, cuándo vas a terminar? Él siempre respondió: ¡Cuándo termine!…

En un rasgo que identifica a la ciencia que se enseña en el ámbito académico, mientras que en el arte no se necesita obligatoriamente una metodología previa para declarar la investigación, y esta asume una particularidad inherente y diferente en cada proceso de creación.

La investigación no excluye los métodos, pero tampoco se reduce a ellos, se contamina y es un proceso inédito para cada espacio de creación. Aquí se evidencia que el control de los resultados está en manos de quien dirige la investigación, en parte es cuestión de independencia dentro del campo del saber y, por tanto, de dominio. Cuando decimos resultados, estamos utilizando una expresión que, como importación del ámbito científico, en muchas ocasiones  nos es incómoda, pues el objetivo no es un resultado, sino un proceso. 

El proceso de creación artística es fuente de producción de conocimientos. Los artistas defienden con energía que hacen una investigación. Todo lo que se describe acerca de esta en cuanto a búsqueda teórica y otras acciones como pueden ser entrenamientos, técnicas, está tan claro que no encuentran la necesidad de explicarlo. Simplemente, está inmerso en el cotidiano proceso de crear.  (Editorial Síntesis, S.A., 2016, pág. 33).



Trabajo Académico
Alumno destacado de la ESABAC

1 comentario: