Artículo revisado y actualizado: 14 de agosto del 2024.
Dr. Enrique A. León Maristany
La creatividad y la actividad
El impulso a la actividad y el impulso creador se diferencian también esencialmente por el fenómeno de la aplicación. Solo podemos hablar de este cuando se trabaja en algo. … La diferencia ya señalada entre el impulso a la actividad (como vivencia pulsional de la vitalidad) y el impulso creador (como vivencia pulsional transitiva) se ve también claramente en la evolución anímica. La tendencia a la actividad precede a la de la creación.
No obstante, Ausubel, Novak y Hanesian, bajo el título de Creatividad, carecen de una definición precisa del concepto, iniciando con lo siguiente:
El de creatividad es uno de los términos más vagos, ambiguos y confusos de la psicología y la educación contemporáneas… Gran parte de la confusión semántica acerca del término “creatividad” procede de que no se distingue la “creatividad” como rasgo que incluye una amplia y continua gama de diferencias individuales, de la “persona creativa” como individuo singular que posee un grado raro y único de este rasgo; esto es, un grado suficiente para que en este respecto sobresalga cualitativamente del resto de los individuos. (Ausubel, Novak, & Hanesian, 1995, p. 501).
El libro continúa explicando la relación entre la creatividad y la persona creativa, y, finalmente, un resumen:
En resumen, la creatividad es una capacidad particularizada y sustancial, mientras que las capacidades creativas comúnmente medidas son funciones de apoyo a la intelectualidad y la personalidad que, como la inteligencia general y la capacidad de concentración disciplinada, contribuyen a darle expresión a la creatividad; esto es, convierten a las potencialidades creadoras en logros creativos. (Ausubel, Novak, & Hanesian, 1995, págs. 502 - 503).
Al referirnos a la capacidad particularizada, se indica que corresponde a algunos individuos y, al referirnos a sustancial, se indica que estos individuos tienen algo especial que los demás no poseen. Cuando Lersch define a la creatividad como un impulso, se complementa con la concepción de Ausubel, Novak y Hanesian de que el impulso creativo es de individuos privilegiados que poseen una capacidad y potencialidad particular para la creación, en nuestro caso, la creación artística, lo cual es algo innato en la persona.
Es evidente que esta habilidad no es común en el ser humano, y es particularmente de algunos individuos que la poseen. La creatividad de un individuo se aprecia en su obra, lo cual se explica por Ausubel, Novak, & Hanesian (1995) “La realización creativa refleja, en otras palabras, una capacidad extraordinaria para generar ideas, sensibilidades y apreciaciones en un área de contenido circunscrito de actividad intelectual o artística.” (p. 502).
Medición de la creatividad
Según Ausubel, Novak y Hanesian nos dejan claro que la creatividad no se puede medir, y que para evaluar la creatividad es necesario un juicio de expertos que considere las variables de edad y experiencia:
Debido a la función ejecutiva o capacitante de la inteligencia general y a los rasgos generales de apoyo, las puntuaciones elevadas en tests de estas características están distribuidas más generosamente entre los individuos creadores que entre los que no lo son (Drevdahl, 1953: Roe, 1960): pero ningún tipo de test mide la creatividad en sí. Realmente no es posible, por definición, ningún test general de creatividad. Las evaluaciones de la potencialidad creativa únicamente pueden basarse en juicios de expertos sobre los productos de trabajo reales, convenientemente suavizados por consideraciones de edad y experiencia (Eisner, 1965).
Howard Gardner nos explica que, acerca de los instrumentos creados para evaluar la creatividad, fueron un fracaso y carecen de validez científica.
La conclusión que se desprende de todo esto es, en mi opinión, un serio revés para la iniciativa de medir la creatividad usando el test de papel y lápiz.
Así pues, más aún que los test de inteligencia, los test de creatividad han fracasado a la hora de satisfacer las expectativas para las que fueron diseñados. (Gardner, 1995, p. 45)
7. Hallazgos sugestivos sobre la validez de las mediciones psicométricas de la creatividad son analizados en Torrance, 1989.
Componentes o capacidades de la creatividad
Existen múltiples autores que abordan este tema, conscientes de que la psicología nos permite determinar en las habilidades ciertos elementos que nos guíen para abordar este argumento e iniciar el proceso de apreciación de la obra estética a través de la identificación de la capacidad creativa mediante estos elementos, como mencionan Ausubel, Novak y Hanesian. (1995) “… Estos aspectos de desempeño intelectual probablemente abarquen rasgos componentes o capacidades como la originalidad, la redefinición, la flexibilidad adaptativa, la flexibilidad espontánea, la fluidez verbal, la riqueza de expresión, la fertilidad asociativa y la sensibilidad a los problemas.”
Creatividad e Inteligencia
Los autores Ausubel, Novak y Hanesian (1976) ilustran la complejidad que se manifiesta en la investigación y los investigadores, especialmente al llevar a cabo mediciones de inteligencia y relacionarlas con la creatividad. Las pruebas evidencian que los individuos creativos poseen una mayor inteligencia que aquellos que carecen de creatividad, sosteniendo lo siguiente:
Basándose en su escrutinio de los conceptos de creatividad e inteligencia, Anastasi y Schaefer (1971) proponen que el término “creatividad”, como el de “inteligencia”, se reconoce como referencia a un concepto vagamente definido, amplio y multifacético. Ambos términos sobrevivirían sin duda como conceptos independientes porque proporcionan convenientes estrategias para la determinación de dominios conductuales complejos de considerable importancia práctica. Pero ninguno de ellos corresponde a una entidad distinta o definida con precisión. Cada uno comprende múltiples rasgos identificables, organizados dentro de un patrón de relaciones que abarca los dos dominios. (p.115).
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