Translate

Valores Estéticos - Géneros y teoría

¿Qué son los valores estéticos?

Artículo revisado y actualizado: 01 de agosto del 2024.
Dr. Enrique A. León Maristany

Cuando se formula la interrogante: ¿Cuál es la definición de un valor estético? Con el fin de comprender el significado de la palabra valor, se procederá a examinar un ejemplo.

Hace un tiempo, adquiriste un dispositivo electrónico que te permite comunicarte con el mundo. Además de hacer muchas cosas como fotografiar, filmar, grabar mensajes, grabar conversaciones, guardar información de tus estudios o tu trabajo, trae un diccionario, etc., pero sobre todo tiene mucha información sobre tu vida, y tu relación con el mundo en el que vives, como familia, amigos, compañeros, y tú mismo. Si, tras un par de años de acumular información, te ofrecieran un equipo de última generación mucho más costoso que el que posees, no lo cambiarías fácilmente, aunque sea gratis. ¿Cuál es la razón por la cual la información que posees en el dispositivo móvil utilizado tiene un valor considerable para ti, ya que no sería posible entregar a nadie a cambio de un dispositivo de mayor calidad sin considerar la información que posees, a menos que toda esté grabada en otro dispositivo y puedas recuperarla?

Es sumamente doloroso cuando se roba el dispositivo móvil, y resulta más doloroso perder la información que poseías en el mismo, ya que lo que tiene mayor valor para ti es tu información. Existen numerosos números de teléfono, fotografías, vídeos, mensajes, aplicaciones adicionales, entre otros.

El valor está estrechamente relacionado con la estimación que se tenga sobre la persona u objeto con el que está relacionado. Una madre es invaluable, es decir, tiene tanto valor que no puedes evaluar. Aprecias más a las personas que están contigo por lo que eres, y no por lo que posees. Si alguien espera que tenga un nivel elevado, intelectual, económico u otro para valorarte, entonces, no eres valorado como persona, sino que son valorados los objetos que te rodean, o por las cosas que sabes, por lo que no existirá un grado de estimación hacia ti.

El valor estético es la misma idea que se aplica al arte, es decir, la palabra estética lo define como un valor aplicado a las obras o actividades artísticas. Se define el valor estético como el nivel de estimación o afecto que se manifiesta por los acontecimientos en el arte, objetos estéticos o actividades artísticas en la vida del artista, espectador o crítico.

En la existencia del espectador, el individuo puede experimentar una notable preferencia y aprecio respecto a un género musical, lo que implica que se encuentra dispuesto a adquirir la música de su agrado. La misma situación ocurre en el campo de la actuación, las artes visuales, la danza y otros artes. La gente se esfuerza por adquirir la obra de arte o disfrutar de ella.  Lo que esta situación tiene como consecuencia son los valores estéticos que contiene la obra de arte. Los valores cautivan al espectador y fomentan un afecto o atracción personal hacia la creación estética.

Beardsley & Hospers (2007) aclaran el concepto de valor estético sobre la clasificación tradicional de las teorías del valor, distinguiendo entre «subjetivistas» y «objetivistas»:

  • a) una teoría de valor estético es objetivista si sostiene que las propiedades constitutivas del valor estético, o que hacen estéticamente valioso un objeto, son (en cierto sentido bastante estricto) propiedades del mismo objeto estético.
  • b) Una teoría es subjetivista si defiende que lo que hace a algo estéticamente valioso no son sus propiedades, sino su relación a los consumidores estéticos. (Pág. 161).

Con relación a estas teorías mencionadas, tengo la convicción de que la teoría objetivista se encuentra obsoleta, ya que si se hace referencia a un valor como el valor de Categoría Estética, que asume el Terror como categoría, una obra de arte puede asustar a algunos y hacer reír a otros, la idea de terror no se encuentra en el objeto, y no se encuentra en el objeto. La idea de terror no es objetiva ni se encuentra en el objeto. 

Para ser objetivista, es importante tener un indicador que sea observado, medible y cuantificable. En la obra de arte, el indicador solo es observado e interpretado, y no puede ser medido ni cuantificado. Por lo tanto, no se puede calcular el objetivo porque no es objetivo, ya que es un valor estético. 

Dewey, con el objetivo de esclarecer el proceso de valoración en el arte y la filosofía, define el valor estético como una cualidad inmediata y termina relacionando la belleza con el arte y su utilidad, discerniendo entre calidad superior e inferior con un concepto que ya no corresponde a los movimientos de vanguardia o contemporáneos.  

 El libro que me causó mayor atención en cuanto a los valores estéticos fue el escrito por Bernard Berenson, dado que su obra no se enfoca en el academicismo o la categorización para explicar el arte, sino más bien se enfoca en el arte en lugar de petrificar la idea en un ánimo científico e insensible retórica.

Apuntes de historia

Con el fin de ilustrar la relevancia de los valores estéticos en la historia, disponemos de una extensa bibliografía. Se tomará como apunte una referencia de Berenson sobre el suceso:

“En nuestro dominio, en el campo de la representación visual, aquellos filólogos conocidos como “arqueólogos clásicos” trataron de evitar a la anarquía polaca, este liberum veto, al estimar una obra de arte según la cantidad de luz que arrojara sobre un texto, un problema en la historia antigua, o por la forma en que servía para aclarar un mito, la leyenda o la historia. Un Winckelmann llegó como a juez a mediados del siglo XVIII. De materiales ya colectados, de los que se estaban excavando no solo en Roma y sus alrededores, sino en las recientemente descubiertas Herculano y Pompeya, Winckelmann trató de escoger ciertas formas, perfiles y proporciones, y establecerlos como cánones de la belleza plástica. Todos estamos familiarizados con el ideal encarnado en el Apolo del Belvedere, el Laocconte, en la Juno de Judovisi, la favorita de Goethe, etcétera.

En Winckelmann estos cánones tenían mucho de valor artístico…” (Berenson, 2005, págs. 45-46)

Hasta aquí un apunte de cómo fueron los valores estéticos en la historia y como se consideraban algunos criterios que respondieran a interrogantes personales o sociales.

La indiferencia al concepto de valor

La existencia de arte contemporáneo no es motivo para no conocer los valores estéticos, más bien, el arte contemporáneo aportó muchos valores estéticos nuevos que se deben conocer.

Berenson también nos ilustra:

La razón principal para la indiferencia al concepto del valor ha sido que los estudiosos, cuando son historiadores, se ocupan en explorar archivos para encontrar documentos, y, como arqueólogos clásicos, ansían descubrir cuanto pueda arrojar luz sobre la Antigüedad. En esto no habría daño alguno si nosotros, siendo humanos, no tendiéramos a enamorarnos de los productos de nuestras actividades y atribuirles valores intelectuales, espirituales y artísticos que rara vez encierran validez fuera de nuestro universo privado. El experto paleógrafo y cazador de archivos no aprende a apreciar la cualidad, o a comprender lo que es creativo y evolutivo en un estilo determinado, y lo que es imitativo, estancado o hasta retrógrado.  En otras palabras, el paleógrafo no será capaz de juzgar si la obra de arte en cuestión pertenece al principio o al final de un estilo.  (Berenson, 2005, págs. 50-51)

Por lo tanto, mucho de lo escrito en el arte, tuvo caracteres de romanticismo (soñadores) en los investigadores del arte.

La necesidad de los valores estéticos

Hoy en día, esto es relevante: El conocimiento de los valores estéticos permitirá al artista distinguir entre la anarquía y la relevancia en la evaluación estética de una obra, ya que se comprenderá el propósito del artista.

Ya no hay razón de descuidar los valores para fomentar a toda costa las investigaciones. Ahora podemos permitirnos valorar los objetos y artefactos de acuerdo con su significación, antes que todo para reconstruir el pasado en general; después, para reconstruir la historia de un arte determinado, y, finalmente, para seleccionar e interpretar la historia del pasado que aún puede vivificarnos y humanizarnos. (Berenson, 2005, pág. 51).

Valores vitales

Según Beardsket y Hospers en 2007, los valores vivificadores son considerados como valores vitales.

“… hay otros valores importados de la vida exterior al arte que no están contenidos en el medio, pero son vehiculados a través de él. Por Ejemplo, las obras de arte representativas no pueden ser plenamente valoradas si no se poseen ciertos conocimientos de la vida exterior al arte. También los conceptos o ideas pueden presentarse, sobre todo en las obras de literatura. Además, el arte puede «contener» sentimientos: la música puede ser triste, alegre, melancólica, animada, viva; el humor de un cuadro puede ser prevalentemente alegre o sombrío, y otro tanto ocurre con el de un poema. En cuanto a todos estos valores aquí presentados se denominan valores vitales.” (pág. 129).

Los valores vitales se refieren, por lo tanto, a la categoría estética que se encuentra en la obra de arte. La categoría se establece a partir de estos valores vitales. Por ejemplo, en caso de generar temor, el valor contenido pertenece a la categoría de lo terrorífico.

Al referirnos a la valoración del arte y la interacción con el espectador, se encuentra una referencia en el libro Estética e Historia en las Artes Visuales, que señala:

Los objetos creados por la mano del hombre se dividen en dos clases. Aquellos que no tienen vida, como la mayoría de los productos de la humanidad primitiva, los llamamos artefactos. Y, por otro lado, los objetos visuales que contienen vida son obras de arte … Una sirena de un barco es un artefacto auditivo, un toque de corneta ya es música. (Berenson, 2005, pág. 50).


El arte vivifica, da vida a la vida, te hace sentir vivo, te recicla de la sociedad deshumanizante y te devuelve aquella humanidad perdida. No se puede estar saludablemente mentalmente si solo se trabaja o se estudia; esa aseveración es falsa. Para que puedas mantener un equilibrio y no caigas en la locura, tu mente y tu espíritu necesitan abandonar la monotonía que te arrastra por la vida. La música, una película o un hermoso paisaje pintado llegan a tu mente y le devuelven a esa humanidad atrapada en la ansiedad. No se puede vivir sin arte, aún más cuando se encuentra lleno de intelectualismo o actividad física intensa. Es necesario descansar el cuerpo, y, en caso de que la mente no se detiene, recrearla y alimentarla con una actividad distinta a la rutina que le proporcionará la salud necesaria para seguir existiendo

En consecuencia, se comprenderá que el arte es vivificador y el arte debe vivificar la existencia humana.

¿Qué características hacen que el arte contiene ese efecto vivificador? Los valores estéticos contenidos en la obra son los factores que generan este efecto. La obra artística es la causa, mientras que el resultado vivificador es el resultado.

Valores estéticos en el espectador

Valores sensoriales

Los valores estéticos se generan a partir de la percepción del fenómeno estético, es decir, los valores estéticos empleados en la obra de arte y no el objeto en sí es lo que tiene valor para los sentidos del hombre, a esto lo denominan «valores sensoriales»:

“Los valores sensoriales de una obra de arte (o de la naturaleza) son captados por un observador estético cuando disfruta o se complace con las características puramente sensoriales (no sensuales) del objeto fenoménico… No es el objeto físico [per se] el que nos deleita, sino su presentación sensorial.” (Beardsley & Hospers, 2007, pág. 123)

Las sensaciones ideadas

Las sensaciones ideadas son un valor que se produce en el espectador durante la contemplación de las obras artísticas. Cuando sostengo que “Se define el valor estético como el grado de estimación o afecto que se siente por los fenómenos en el arte, objetos estéticos o actividades artísticas en la vida del artista, espectador o crítico”. En esta parte se define el valor estético en el espectador. La sensación que se produce por la obra artística ante la percepción es una sensación vivificadora del arte, por lo tanto, tiene un valor estético.

Berenson lo define: “… las sensaciones ideadas no son las sensaciones psicológica y físicamente experimentadas en el momento de percibir y contemplar la representación de un objeto o suceso (sea que el objeto pertenezca al mundo externo o al interior de nuestra mente). Las sensaciones ideadas, en nuestro campo, son las imágenes de las sensaciones que las mismas representaciones ofrecen cuando son obras de arte y no meros artefactos. … son aquellas que existen solo en la imaginación y son producidas por la capacidad del objeto para hacernos comprender su entidad y vivir su vida. (Berenson, 2005, págs. 69-70)

También aclara “No todas las sensaciones ideadas son artísticas, sino que solo aquellas que intensifican la vida. … Porque las sensaciones ideadas, que constituyen la obra de arte, pertenecen a un reino aparte, un reino más allá de la realidad, donde el ideal es la realidad única.” (Berenson, 2005, pág. 73)

Valores estéticos en la obra de arte

Valores formales

  La forma ha sido explicada en cómo los elementos y figuras tienen una relación y están organizados en la obra de arte. Beardsley & Hospers aclaran lo siguiente: “Pero cuando hablamos de la forma en particular de una obra de arte concreta, nos referimos a su propio modo único de organización, y no al tipo de organización que comparte con otras obras de arte.” (2007, pág. 124).

Los Valores Táctiles

Bernard Berenson hace una apreciación sobre la significación de estos valores en el arte.

Los valores táctiles aparecen en las representaciones de objetos sólidos que no son simples reproducciones (no importa con cuanta veracidad), sino representaciones que estimulen la imaginación a sentir su volumen, su peso, y a darse cuenta de su resistencia potencial, a medir su distancia de nosotros y a impulsarnos, siempre en la imaginación, a llegar a estrecho contacto con ellos, a asirlos, abrazarlos o a caminar en derredor…

… El artista no solo percibe el objeto, sino que lo vive y se identifica con él. Comunicando su vivencia nos sorprende con el goce de sentir, elevado a una mayor intensidad, a una percepción más clara y un dominio más completo. El objeto que nos inspira este sentimiento es un intensificador de vida.

Si es permitido considerar al artista como distinto del científico, resulta que la sola forma de los objetos no le satisface. Él mismo debe vivirlas y ser capaz de comunicarlas en términos que intensifiquen la vida; y estos términos son, ante todo, valores táctiles y, luego, movimiento.

Esta representación particular es lo que queremos decir con la palabra “forma”. La forma no debe ser confundida con el aspecto. La forma nunca es externa, es decir, el aspecto geométrico que se ofrece igual a todos. La forma es una cualidad más allá del conocimiento común.  Y cualidad es aquello que se encuentra en un objeto cuando, en uno o varios modos y en cualquier plano ideado, es intensificador de vida.

La forma es aquel resplandor interno que alcanza la forma externa cuando en una situación dada se realiza con plenitud. Es como un manto que envuelve las formas externas, no un manto que las consuma, como el de Neso, sino vivificante como el de Isis, siempre que no se levante; pues para el arte la apariencia es la única realidad.

La forma es el aspecto de las cosas visibles que intensifica la vida. (Berenson, 2005, págs. 67-68).

Los valores táctiles, tal como describe Berenson, se relacionan con dos de los fenómenos estéticos: la percepción y la representación.

Cuando se fotografía una realidad como un bodegón sin ninguna intención artística, se presenta una realidad simplemente representada. No obstante, al pintar esa realidad, no se realiza la labor de la máquina fotográfica.  La percepción de la realidad del artista es idealizada, al pintar un retrato no se cuentan los cabellos del personaje, ni al pintar un paisaje se cuentan las hojas de los árboles, por lo tanto, hay un nivel de idealización en la representación.

La representación de las formas de una vieja taza puede despertar emociones al espectador por la idealización de esta realidad que convierte este feo objeto en una bella representación. De este modo, Bernard Berenson denomina la vivificación de la forma  en que se intensifica la existencia del espectador y del artista. Esto es un valor que denomina Valores Táctiles.



Título: Como tú 
Técnica: Óleo sobre lienzo
Dimensiones: 1.50  x 1.30 m
2015
GLADYS VENERO ALONSO

En el cuadro se puede observar el pelaje y la mirada del animal, ambos han sido idealizados en la representación, generando una sensación vivencial de los elementos que se vivifican en su percepción por parte del espectador. El cuadro está cargado de valores táctiles. 

El Movimiento

Una de las definiciones más conocidas que mejor describe el fenómeno del movimiento y lo traduce en un valor estético es de Bernard Berenson:

El movimiento —que después de los valores táctiles es el elemento más esencial en la obra de arte— no tiene nada que ver con el cambio de lugar, o hasta con el cambio de actitud o pose, y mucho menos aún con la actividad transitiva de cualquier género.

El movimiento es la energía manifiesta que vitaliza los trazos que limitan una obra y los delineamientos de todas las partes dentro de esos límites.  Un lineamiento o apunte activado así, es un contorno. En la estructura de bulto estos contornos son infinitos… (Berenson, 2005, pág. 74).

La representación del movimiento en las obras artísticas puede ser lograda de múltiples formas, tales como en los cuadros futuristas o en las obras que representan este movimiento, y otra, mediante la creación de ritmos en la obra, tanto morfológicos (de forma) como cromáticos (de color). Consideremos que la tensión en la obra artística se produce cuando en la obra pictórica se produce una mayor atracción en algunos de sus elementos, tales como el rostro, las manos, entre otros. Esto se debe a efectos de iluminación, perspectiva u otro indicador estético que atraen la mirada, interactuando activamente con el espectador, direccionándolo hacia una área determinada de la obra.

A partir de ese momento, se produce un movimiento en los ojos y la vista del espectador a través del resto de la obra de arte. Algunos elementos, tales como el ritmo en la pintura, llevarán al espectador a generar tensiones o caminos que condujeran a la obra.

Movimiento a través de la representación

El movimiento es un valor estético muy importante debido a que aumenta o diluye la tensión ante el espectador, o simplemente lo lleva a través de ella de manera lúdica. Un ejemplo de esto en la escultura son las obras de Auguste Rodin (1840 – 1917). El movimiento en sus obras artísticas hizo que se considerase impresionista, ya que sus obras constituyeron una versión moderna de la representación de la realidad. El beso, los burgueses de Calais, las puertas del infierno. Se trata de obras que ostentaron gran prestigio, especialmente, que exhiben una gran variedad de movimiento en ellas.

Si los delineamientos trazados en los contornos de la obra de arte escultórica son innumerables, el movimiento en la creación estética afecta la percepción del espectador, motivándolo a desplazarse para contemplarla de múltiples direcciones y apreciar su expresión completa. Cada momento de contemplación detiene su atención, tal como sostiene B. Berenson, en los trazos y delineamientos de la obra, cautivando al espectador con su movimiento.

Movimiento a través de la creación de elementos rítmicos

La ejecución del movimiento también es posible mediante elementos que se sucedan de manera asonante, alternante o disonante en la elaboración de ritmos, con el fin de romper el estatismo del retrato.




Título: Maria Montessori
Técnica: Acrílico Sobre Lienzo
Dimensiones: 1.30 x 1.60 m
2016
XIOMARA YANQUE AMABLE

Se puede observar en el retrato, tanto del personaje principal como de los infantes, que los rostros son sumamente iluminados con tonalidades claras y cálidas, generando puntos de tensión en el espectador, que atraen su atención. Los puntos de tensión se complementan con pequeñas figuras geométricas de tonalidades celestes, rosados, amarillos y verdes, que se ubican en forma disonante. La forma se mantiene y no existen órdenes alternantes en la sucesión de formas ni de colores. 

Se produce una segunda impresión después de la apreciación de los personajes, lo que disminuye la tensión hacia estas figuras rítmicas, tanto morfológicas como cromáticas. Este conjunto de elementos produce un ritmo o movimiento en el ojo del espectador, rompiendo el estatismo del cuadro. Despliegan el ojo del espectador sin un mensaje, generando una expresión lúdica que estimula y disminuye la tensión primordial. 

Los materiales

Se puede usar el temple, la acuarela, el acrílico o el óleo en la pintura. La apreciación de la obra artística no se limita a la apreciación del material pictórico, sino a la apreciación de las formas, composición, equilibrio y finalmente el color.

El valor de los materiales radica en su permanencia en el tiempo, la calidad del marco, la tela y el pigmento que prolongarán la vida de la obra artística. En la escultura, se utiliza el bronce para la elaboración de obras de arte que permanecen a la intemperie, ya que otro material se oxidaría demasiado o se destruiría. Los antiguos empleaban la piedra, seguido del mármol. Muchas obras han sobrevivido a lo largo del tiempo debido al material utilizado para su creación. El material contribuye a la obra a sobrevivir a lo largo del tiempo. Es imposible controlar la destrucción de las obras artísticas por parte del ser humano, tales como Hitler, quien destruyó significativamente el patrimonio mundial, o la destrucción en Siria, últimamente por la guerra con el terrorismo.

Los materiales permanecerán inalterables y prolongarán la existencia de la obra artística en función de su excelencia o capacidad de mantenerse sin alteraciones significativas por el transcurso del tiempo. Esto le confiere un valor a la obra de arte, ya que la calidad del material es un valor estético.

El color

El color en sí, como valor estético, viene del siglo XX, con las manifestaciones posteriores al impresionismo, es así que en sus obras de Paul Gauguin (1858-1903). Afirma las posibilidades expresivas del color “en sí mismo” y lo usa, independientemente de sus connotaciones imitativas, para expresar ideas y símbolos… “Los postimpresionistas señalan la frontera entre la pintura imitativa y la que explota el color como valor estético en sí mismo.” (Ediciones Parramón, 2010, págs. 146-147).

El color pertenece al mundo de las sensaciones inmediatas y no las meramente imaginarias. El goce del color supera cualquier sensación ideada por el dibujo … En todas las variedades de la representación visual y la reproducción de objetos que se suponen fuera de nosotros y de las imágenes que pasan por nuestra mente, el color, debe ser siervo de los valores táctiles y el movimiento. (Berenson, 2005, pág. 83 y 85).



[1] Berenson, B. (2005). Estética e Historia en las Artes Visuales. México D.F.: Fondo de Cultura Económica.

Valores estéticos de género

Valores estéticos en el género del desnudo

En la referencia de Newall, se nos presenta la idea de los valores que deben ser adquiridos en las obras artísticas de este género, tales como el placer (agrado), la sexualidad y el erotismo. “… a partir del siglo XV, empezaron a surgir representaciones de la diosa romana Venus, como manifestación del cuerpo femenino destinada a dar placer al mecenas. El observador se convirtió en voyeur, pues la sexualidad y el erotismo de esas imágenes estaban implícitos en ellas”. (Newall, 2009, pág. 21).

Valores estéticos en el género del desnudo:

1. Agrado.
2. Sexualidad.
3. Erotismo.

A continuación se presentará el análisis de género de imágenes, que son, de conformidad con nuestra categorización: natural e idealizado.

Los valores estéticos se deben recoger en los análisis de las imágenes. Los valores recopilados en la lectura estética se destacan con rojo.

Ej. 1. Análisis de Valores estéticos en un desnudo natural:

En la figura femenina se aprecia con mucho agrado su sexualidad, quién exhibe de forma natural su cuerpo desnudo, se percibe en todas sus dimensiones sus senos, está con las piernas ligeramente cruzadas y ocultan su intimidad. Además, se aprecia la belleza de su juventud y su cuerpo que denotan un erotismo natural.

Ej. 2. Análisis de Valores estéticos en un desnudo Idealizado:





En la figura femenina y masculina se observa con mucho agrado su sexualidadquienes muestran de una manera muy natural su cuerpo desnudo y este ha sido cubierto en sus zonas íntimas con hojas. Este hecho le resta su naturalidad y lo idealiza como pecaminoso. El cuerpo del varón se aprecia de manera frontal, mostrando sus formas masculinas casi en su totalidad. El cuerpo de la mujer se muestra en ¾ de perfil, mostrando su natural feminidad corporal, ambos deformados con la idea del pecado, pero, aun así, no pierde su erotismo natural.

En este cuadro también podemos interpretar que el elemento añadido son las hojas, y estas son los elementos que idealizan la desnudez de los protagonistas en el cuadro.

Valores estéticos en el género del retrato

Newall ayuda a determinar estos valores en su libro, los elementos que contribuyen a su contenido y a su propósito. El tema central recoge el parecido, el carácter y la actitud del individuo que está siendo retratado.

“Del mismo modo, el contexto y los atavíos, proporcionan una idea acerca de la posición social del modelo, de la función del retrato y de su significado simbólico”. (2009, pág. 35).

De esta forma, podemos establecer los valores siguientes en el retrato:

  1. El parecido,
  2. El carácter,
  3. La actitud,
  4. El contexto y
  5. Los atavíos.

A continuación se muestra el análisis de género de imágenes, de conformidad con nuestra categorización.

Debemos examinar los valores estéticos de las imágenes. En los análisis, se observará cómo se destacan con rojo los valores adquiridos en la lectura estética.



Ej. 1. Análisis de Valores estéticos en un retrato de hombre:

Cabeza de Anciano
Carlos Baca Flor


El retrato es muy real (parecido). El anciano expresa un carácter desconfiado, autoritario, en una actitud de reposo y se representa a tres cuartos de perfil, mirando de reojo, una actitud poca vecz utilizada en el retrato masculino.
La barba larga y, asimismo, el cabello largo nos denota una persona intelectual. Su bigote amarillento nos revela que pertenece (contexto) al círculo de personas que se reúnen entre cigarrillo y café para debatir los temas del mundo. Se muestra vestido con sencillez (carece de atavíos), denotando así su personalidad.

 Ej. 2. Análisis de Valores estéticos en un retrato de mujer:



Duffi Sheridan
Flora
"Summer - With a Hint
of Autumn in the Air"
Oil on Linen 30" x 42"


El retrato exhibe la realidad de una adolescente (parecido), quien exhibe un carácter inocente, soñador y despierto, en una actitud de modelar su figura de manera muy femenina, y se representa de frente, observando al espectador una actitud habitualmente utilizada por las adolescentes.

Las flores que adornan y circundan su cabello largo y sedoso, así como sus manos que toman con delicadeza, la flor y su ropaje brillante y colorido, nos muestran que pertenece (contexto) a un mundo de sueños y juegos de jóvenes que sé que se reúnen en momentos lúdicos de alegría y pasatiempo. Se muestra vestida con elegancia (atavíos), pero sin joyas que demuestren riqueza ni ausencia de elegancia que simbolicen pobreza. Lleva en su cabeza…

2 comentarios: