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Educación Afectiva

 EDUCACIÓN AFECTIVA ESCOLAR EN LA PRÁCTICA


He leído mucho sobre el tema, a grandes pensadores, pero no voy hacer ninguna referencia, porque la educación al igual que el arte es una práctica constante.

Estar en el aula frente a nuestros alumnos, no es una cuestión filosófica, es una cuestión práctica, en la que se realiza un profesional de la pedagogía que trabaja con mentes y almas, que forma espíritus, que cambia conductas, y recibe una presión enorme por la gran responsabilidad.

La docencia, nos hace pensar, nos hace renegar, nos hace reír, nos hace en una palabra vivir. Para poder enseñar se tiene que teorizar, pero también se tiene que ejemplificar, así será más significativo el mensaje. Estando dictando clase a niños de primaria, es como te das cuenta lo sorprendentes que pueden ser, los niños hacen cosas en segundos, te ponen en apuros, te hacen preocupar, pero también te hacen sonreír... En una oportunidad, el asistir a unos alumnos en la computadora, me quitó la atención sobre el resto, en un instante, en un solo instante, cataplum... un sonido y una risa general, dos niñas forcejeando en el suelo piernas arriba y calzones al aire. Cuando me acerqué solo me miraron, no hay ningún libro de pedagogía que haya escrito sobre esto. Sus caritas y sus miradas solo me arrancaron una sonrisa, tomaron mi mano, se levantaron, luego se sentaron y pude continuar con mi sesión de clase.  Hay momentos que el concepto de autoridad, no resuelve nada. Los reglamentos no se ajustan a las circunstancias, los muy teóricos creen que tienen un consejo... Los sabios dicen como debiste haber actuado.

Cuando estás en el aula las cosas son diferentes, hay muchos casos únicos, auténticos, y ¿Cómo actuar cuando una persona tiene tantos estados de ánimo?. Cuando se te acabaron las palabras, solo te queda sonreír, cuando se te acaban las ideas, solo te queda sonreír, cuando se te acaban las fuerzas para poner disciplina, solo te queda sonreír. Porque en el aula sabrás que hay muchas cosas para las cuales la universidad no te ha preparado. Ningún libro de filosofía tiene respuesta para todo, lo que te ayuda y realmente y te da soluciones para la mayor parte de los problemas es no pensar solo como maestro, debes pensar como padre o como madre, y encontrarás en el fondo de tu corazón la sabiduría para estos problemas.

En cierta oportunidad estaba asistiendo a unos niños en sus problemas de aprendizaje, cuando un niño me llamó de manera inusual -- profesorrrrr -- al voltear era un niño con algunos problemas de deficiencia motriz, tenia desde la nariz hasta la barbilla una gran cantidad de mocho que fluyó de repente, Abrí mi maletín donde siempre llevo por experiencia papel higiénico, sobre todo cuando trabajo con niños, Aseé su carita y se sentó feliz a seguir trabajando. O cuando una pequeña niña se me acerca y me dice muy cerca al oído -- ¿tiene papel higiénico? -- sin pensarlo le doy y salió corriendo para el baño.  Había un niño que no paraba de hablar, era imposible... le ofrecí diez céntimos por 5 minutos de silencio, la oferta llego a cinco soles, y aun así no podía parar de hablar, probé de todo hasta consulté al psicólogo para que me diera una idea, no encontré ninguna forma para que guarde silencio al menos cinco minutos, Finalmente concluí que solo había que esperar que crezca.

Durante una clase con adolescentes sobre un contenido del currículo, revisé y me di cuenta que un alumno evidentemente no podía resolver el problema que le encomendé, le di pistas para que mejore, le mostré ejemplos, le aconsejé un método, y finalmente todo terminó peor de lo que empezó, al mirar los resultados durante la evaluación y notar lo confundido de su rostro, asumí la culpa respirando y le pregunté --¿Qué parte es la que no me dejé entender?--  me respondió tímidamente --todo--. En ese momento respiré con mucha calma y le dije: --está bien, volveremos a empezar de nuevo--.

No puedes pensar que vas a separar la paternidad o la maternidad de tu práctica educativa. No eres su papá pero estás continuando lo que su padre empezó, su educación. No serás reconocido, no serás muchas veces entendido, no serás premiado, porque la labor de maestro es como la de un padre o una madre, sin reconocimiento ni recompensa. Eso es amor, eso es afecto, eso es vocación verdadera, dar sin esperar recibir: y cuando todos tus alumnos hayan dejado el aula, te quedarás sentado terminando tu trabajo, al final respirarás un momento y verás atrás tu pasado y la herencia que dejaste a tus alumnos para su futuro... Si tu labor la hiciste con afecto, si pusiste amor en lo que haces, entenderás que diste una lección extra, les enseñaste también a amar al prójimo sin esperar recompensa.

Cuando los alumnos llegan tarde hay que disciplinarlos, cuando los alumnos no se esfuerzan hay que motivarlos, cuando los alumnos triunfan hay que aplaudirlos. Cuando termina la jornada hay que dejarlos ir, pero debes asegurarte, que no solamente aprendieron la lección, sino también que la lección fue aprendida con afecto, así y solo así habrás cumplido con tu función de maestro, llenando no solamente sus mentes, sino también sus corazones... Eso es educación afectiva, lo demás es cuento.

EDUCACIÓN AFECTIVA EN EDUCACIÓN SUPERIOR


Pensar que trabajar con jóvenes que salen de la adolescencia o adultos es diferente que trabajar con niños, es algo muy cierto, porque las personas han logrado un mayor grado de independencia y eso los hace diferentes, pueden tomar mayor cantidad de decisiones. Lo que no es diferente es que tienes que trabajar con el mismo entusiasmo, con el mismo afecto.

El afecto es para todos, no hay excepción a esta regla, y en la educación ¿se tiene que hacer lo mismo? la respuesta es sí, la educación superior no es ajena a esta regla. Han aprendido a estudiar, han aprendido a resolver sus tareas, a dar sus exámenes y la manera de aprobar la materia. También han aprendido a mentir, a dar excusas, y a copiar la tarea.

Como maestro motivarlos es más difícil, ayudarlos también. Al igual que los niños necesitan ayuda, necesitan un guía, y conseguir cambiar su conducta como parte del aprendizaje.

Sara Pumachara Portillo
Destacada estudiante de la UNDQT


Título: Pempero del matsiguenka mariposas
Técnica: Acuarela

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