Artículo revisado y actualizado: 14 de agosto del 2024.
Dr. Enrique A. León Maristany
La persona creativa ¿Cómo es?
En las sesiones de clase que imparto, como reflexión acerca de la relevancia de ser un estudiante de una escuela artística, se les sugiere que, en el examen de ingreso a la escuela de arte, se llevan a cabo diversas pruebas para determinar de manera precisa si el alumno postulante es potencialmente creativo y si posee una inclinación hacia la vida artística.
Por último, al final del examen, quedan estudiantes sin superar el examen de ingreso. Esto demuestra que aquellos que no ingresaron no pudieron demostrar su vocación ni su creatividad. Después de varias semanas de preparación para el examen de admisión, se imparten algunos conceptos teóricos y se imparten clases prácticas que les brindan técnicas para desarrollar sus habilidades creativas.
Debido a la implicación de la institución en las artes visuales, toda la capacitación y evaluación se enfocan en esta naturaleza artística. Es posible que los candidatos que no fueron elegidos sean muy creativos en las artes escénicas como la música, la danza o el teatro; estas aptitudes no se evalúan. Si se encuentran en el postulante que no ingresó, la posibilidad de volver a postularse o probar en otra institución dedicada a estas artes escénicas en las que puedan descubrir su potencial creativo.
Asimismo, hago referencia a los estudiantes en la clase a que el examen de admisión tiene como objetivo la selección de individuos habituales de aquellos que no lo son. En este caso, las personas normales no pueden ingresar a la institución debido a que no reúnen los requisitos necesarios para ser alumnos, de ahí que los alumnos se quedan confundidos y me adelanto a la pregunta que van a realizar ¿entonces, somos anormales?, y les respondo anticipadamente que tampoco somos anormales, sino que los alumnos que ingresan son geniales, son pocos y escogidos.
No estoy alimentando su vanidad, como parece, sino que deben tener en cuenta que esta naturaleza les ha sido muchas veces perjudicial en lugar de beneficiosa. Su forma de concebir y vivir en el entorno que los rodea, los hace apreciar como individuos distintos, y esta diferencia ha hecho que el mundo los considere como personas distintas o involucradas en el contexto social. Es esencial recuperar la autoestima. El perjuicio que experimentan es frecuente en todas las sociedades, y cuando los progenitores se enteran de que su vástago quiere adquirir conocimientos artísticos, el mundo se ve afectado por los anhelos de la persona que ama el arte y se vuelve incomprendida.
Como los estudiantes conviven con otras personas que padecen las mismas dificultades, ya no están solos, encuentran un entorno que los alivia ante sus aspiraciones y vocación. Lo que concluyo de esto no es que se llevó a cabo un trabajo de motivación intrínseca, porque no es el objetivo hacerlos sentir bien. Lo hago porque todo lo que sostengo es verdad, y saber que en realidad son diferentes es algo bueno, muy beneficioso para ellos.
La doctrina de Ausubel, Novak y Hanesian sostiene que la persona con habilidades creativas altamente desarrolladas no es la más habitual de todas las sociedades, aunque es escasa y limitada de los creativos.
El individuo verdaderamente creativo es raro no porque carezca ante todo de la experiencia adecuada para desarrollar sus potencialidades creadoras, sino porque se halla, por definición, a tal punto extremo de la distribución de potencialidades creativas que es cualitativamente discontinuo con respecto a personas que muestran grados menores de creatividad. Con esto no se niega el importante papel del entorno en el desarrollo de la creatividad; muchos Mozart en potencia, por ejemplo, han dilapidado sus vidas como campesinos y zapateros remendones; pero, aun supuesto, un medio óptimo, los individuos creadores aún serían extremadamente raros. El determinante principal de las personas creativas, por otra parte, es de carácter genético; empero, los factores ambientales pueden mejorarlo.
Ausbel, Novak y Hanesian nos describen elocuentemente a la persona creativa:
Se han realizado considerables investigaciones sobre las características de la personalidad de quienes, estimados por jueces competentes, han resultado ser individuos creadores en el arte, la arquitectura, la literatura y las ciencias. En general, estos rasgos son consistentes con lo que podría esperarse de individuos originales y talentosos que han alcanzado el éxito y el reconocimiento en sus campos respectivos. Desde el punto de vista cognoscitivo, los individuos creadores tienden a ser originales, perceptivos, perspicaces, de juicio independiente, abiertos a las experiencias nuevas (especialmente desde dentro), escépticos y dotados de facilidad de palabra. Son flexibles de mente receptiva, intuitivos y tolerantes a la ambigüedad; poseen una amplia gama de intereses; prefieren la complejidad, y les interesan menos los detalles pequeños y las ideas prácticas y concretas que las ideas teóricas y las transformaciones simbólicas (Barron, 1963, 1968, 1969, Drevdahl, 1956; Drevdahl y Castell, 1958; MacKíndnon, 1960, 1961, 1962).
En general se recrean en paradojas y en la reconciliación de los opuestos. Desde el punto de vista motivacional, son ambiciosos, orientados hacia el logro, dominantes y tienen un sentido del destino de sí mismos. Tienden a ser emocionalmente maduros, audaces, autosuficientes y sensibles, emocional y estéticamente. La imagen que tienen de sí mismos abunda en rasgos como la inventiva, la determinación, el ingenio, la independencia, el individualismo y el entusiasmo. En conjunto, muestran un yo más fuerte y más aceptación de sí mismos, más tendencia a la introspección y mayor femineidad que los individuos no creativos. En sus relaciones con los demás, no son nada tradicionalistas, sino rebeldes, desordenados, egocéntricos, exhibicionistas y propensos a retirarse al papel de observadores. Tienden a obtener puntuaciones desviadas en el Inventario de Personalidad Multifásico de Minnesota, pero esto indudablemente refleja más lo complejo de sus personalidades, su candor, su carencia de defensas y su receptividad a la experiencia, que una auténtica distorsión de la personalidad.
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