Artículo revisado y actualizado: 16 de agosto del 2024.
Dr. Enrique A. León Maristany
Educación en el siglo XXI
Es también para clarificar desde el principio que, para nosotras, educadoras en Reggio, cada disciplina o, más bien, lenguaje está configurado por la racionalidad, la imaginación, la emoción y la estética.
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El mundo está cambiando, y con él la educación. Nuestros países están llenos de profesionales dispuestos a darle un giro a la educación; profesionales innovadores que desarrollan constantemente soluciones a los nuevos retos, con ideas creativas que reinventan la investigación educativa a través de las artes. Juntos podemos ir más lejos y, con las mejores prácticas y tendencias actuales, crear la educación de hoy y, por consiguiente, la del mañana. (Moreno Montoro, M. I., & López-Peláez Casellas, M. P. , 2016)
Educación Artística
La educación artística es un proceso de enseñanza-aprendizaje y un medio de interacción, comunicación y expresión de sentimientos y emociones. Se centra en el análisis y evaluación de las acciones y actividades artísticas, contribuyendo al desarrollo de capacidades, actitudes, hábitos y comportamientos, así como habilidades y destrezas. Por lo tanto, es fundamental para la formación integral de las personas en su relación con el arte y la cultura.
Existe una gran diferencia entre la docencia de ciencias, como las matemáticas y la biología, y la educación artística. En las ciencias, se desarrolla un método de enseñanza-aprendizaje sistemático, mientras que en el arte se debe estimular la creatividad para la producción estética, considerando tanto el innatismo del alumno como sus capacidades desarrolladas.
En las ciencias, los resultados del aprendizaje se evalúan fácilmente mediante pruebas y pueden ser cuantificados. En cambio, en la educación artística, la creatividad puede ser notoria o impredecible. La presencia de estudiantes con habilidades innatas puede desestabilizar cualquier plan educativo, ya que sobresalen del grupo, haciendo difícil la evaluación de los resultados.
Uno de los grandes desafíos para los profesores de educación artística es la evaluación. Los estudiantes con habilidades innatas suelen superar las expectativas, mientras que para el resto del grupo, es complicado definir si están en el nivel esperado o si no alcanzarán buenos resultados debido a la falta de talento. Surge la pregunta de si aquellos que no logran destacarse deberían abandonar el proceso de aprendizaje por falta de talento.
Sin embargo, a pesar de estos problemas, podemos afirmar que los alumnos disfrutan profundamente de la educación artística. Más allá de si alcanzan o no los objetivos establecidos, esta disciplina llena su alma y espíritu, y les ayuda a disfrutar de su vida académica de una manera que pocas materias logran.
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