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Storytelling Qory Wayra 2 En un lugar en el palacio del Inka

Storytelling Versión Escrita

Por Enrique Alonso León Maristany

Yuri Chaska

En un lugar en el palacio del Inka

Una hermosa madre sentada junto al fuego y en sus brazos descansaba una wawa (bebé) la miró y dijo: —Hatun yana ñahui, —, bella por sus ojos grandes y negros con un cabello negro y ondulado, envuelta amorosamente en una keperina (manto colorido), mientras la acurrucaba pensaba, —todo mi sufrimiento ha sido recompensado con tan bella bebé. Realmente mis sueños cambiaron, mi vida cambió, mi amor creció, ya no siento temor, esta niña me llenó de valor para pelear por ella, mi corazón ahora es diferente. No solo amo al padre sino también a la niña y me hacen feliz al estar a mi lado. Grande, fuerte, amoroso y tierno es el Inka a mi lado, quién cuida de mí y nuestra hija, si la hija del Inca, un sueño hecho realidad… —


En medio de los pensamientos de Qori Wayra un ruido llamó su atención, tocaban su puerta, una voz dijo —Kichay punkuta mamá (abre la puerta mamá)— con la niña en brazos salió a ver quién era, al abrirla varias ñustas se inclinaron saludando y reverenciando a Qori Wayra, acompañaban a una mujer y una joven también bella como Qori Wayra, vio a la mujer y dijo: ¡mama Maywa!, y al ver a la joven exclamó ¡Pana (hermana) Illary!, estoy feliz de verlas, pasen conozcan a mi hija, se llama Yura Chasca (estrella blanca). 

La madre se alegró por un momento al ver a la niña, pero no pudo contener el llanto. Qory Wayra al ver la expresión de su madre y una lágrima derramada en silencio preguntó ¿Qué pasa mama? Al voltear y ver a Illary notó que sus labios estaban apretados y cubrió su rostro con su mano, ambas no podían contener el llanto. 

Qori Wayra, se sentó contemplando la escena con la wawa en sus brazos y guardó silencio durante unos instantes. El silencio se rompió cuando Illary le dijo —pana, hay pana no queríamos que lo supieras, pero las lágrimas de nuestra madre oprimieron mi corazón— un pequeño silencio y un suspiro, Qori Wayra colocó a la wawa que se durmió en la cama, se le acercó a Illary y la abrazó, Illary no paraba de llorar, empezó a sudar, su respiración se hizo rápida, Qori Wayra comenzó a afligirse y la abrazó fuerte, al soltarla vino una relativa calma a su corazón y con suave voz le dijo, — Pana, panacha… ¿cómo te puedo ayudar?—, respirando más lento tomó un sorbo de chicha y  lo pasó con dificultad, así es que Illary comenzó a hablar –Me estaba bañando en el río Vilcanota, no hacía frio y sentí un rugido, era un puma, me asusté y me alejé de la roca en la que jugaba con el agua, sentí un golpe en una de mis piernas, choqué con una piedra al alejarme, el agua me comenzó a arrastrar y perdí las fuerzas en mis piernas para nadar por el dolor, me hundí, mi corazón enloquecía, mis brazos se movían pero no podía salir, quise gritar y el agua inundó mi boca, no podía toser, sentía el frio de lo profundo en mi piel, una angustia muy fuerte me inundó y pensé: Viracocha sálvame o llévame contigo al Hanan Pacha—. 

El dolor en mi pierna aumentó y sentí que moría, la vida se me iba, no podía llorar, no podía respirar, cuando sentí que el final llegó una fuerte mano tomó mi brazo, me jaló, me hizo flotar, quise respirar y el agua en mi boca no me dejó, por lo que tosí muy fuerte y boté el agua y por fin el aire entró, esa mano fuerte me jaló y me llevó a la orilla, ahí me soltó, otra mano me levantó y me subió a la arena, pude abrir mis ojos y vi a un hombre alto, fornido que me impresionó, mi alma fue cautivada en un instante, solo lo vi, si, lo vi, vi al hombre que salvó mi vida salir del agua y mirarme. Estaba cautivada, y al ver sus ojos atravesó un fuego mi corazón. Sentí su voz y me dijo: Imaynalla Kashanky. (como estás), contesté Allillami (bien), se oscureció la luz y me sentí caer, aun no perdía toda mi conciencia, dos brazos fuertes me levantaron y presionaron mi vientre, voté más agua, me estaba ahogando y al salir el agua de mis pulmones volví a respirar, esos brazos fuertes me cargaron y me colocaron sobre unas keperinas donde me senté, me dijo —Illary estarás bien—, mis ojos se cerraron y escuché otra voz que vino del rio y me habló, —Viracocha escuchó tu ruego y soy un mensajero que vino a salvarte, ahora que estás bien te dejo en manos de Mayhua, tu madre—, estaba como en un sueño, y al abrir los ojos estaba en los brazos de mi madre, con uno de sus brazos me sostenía y con el otro arreglaba mi cabello. 
Me puse a recordar y pensar en lo que me había sucedido, y fue el mensajero que me sacó del agua y me llevó a la orilla, el no salió del agua y me habló desde ahí, pero otro hombre me levantó de la orilla, me cargó y me colocó en la arena, recuerdo también que al cargarme mi brazo estaba contra su pecho y sentí los latidos de su corazón. 

Esos latidos están en mi mente, la fuerza con que me levantó y la delicadeza con que me colocó sobre la arena, son una sensación que da muchas vueltas en mi cabeza, al sentir que me desmayaba cruzó su brazo sobre mi vientre y con la otra mano tomo mi espalda, y con ambas manos me levantó y sentí el agua saliendo de mi cuerpo. Luego pude respirar. Cuando me sentí más calmada vi al hombre que me ayudó, lo reconocí, es el jefe de la guardia que cuida a la familia real y estaba ahí, no siempre está, solo viene a dar órdenes a los guardias que cuidan de nosotras, pero en mi mente está el otro hombre, el que me sacó del fondo del agua del río y luego me entregó en la orilla al jefe de la guardia, al que oí decir que era un mensajero de Viracocha. No lo vi, solo lo sentí, pero sentí algo más al estar al fondo del rio y vi una luz muy blanca y lo raro es que mis ojos estaban cerrados, y al tomarme del brazo esa luz se apagó. Creo que aluciné al sentirme morir. 

Le pregunté al jefe de la guardia sobre aquel hombre y me dijo que no lo vio, que solo vio que llegué a la orilla y de ahí me tomó de los brazos y me jaló. Me dijo también que tampoco lo oyó hablar. También noté que los guardianes rodearon el lugar y medio estaba el puma.

Qori Wayra, un tanto confundida le dijo, — Que susto me das, pero ya estás bien, veo que cojeas un poco, el dolor ya pasará, lo que no entiendo es ¿Por qué lloras y por qué llora mamá?
Illary contestó —Es que al ver al jefe de la Guardia vi sus ojos, su mirada, sentí su fuerza y ya te lo dije, me cautivó, si me cautivó, ahora estoy presa recordando su mirada, llegué a sentir su aliento cerca, y no puedo dormir, mi mente se queda pensando en él, y mi corazón se aflige porque él no lo sabe, quiero volverlo a ver, es como una prisión, lo que está en mi corazón es amor, y eso me asusta, me despierto agitada, asustada por lo que está pasando. —

Un ruido interrumpió la conversación, una voz gruesa y una figura enorme estaban en la puerta, Maywa e Illary se inclinaron y lo reverenciaron, era el Inca que entró a la habitación, le dio un beso a Qori Wayra y saludó a su madre y hermana, a quienes les ofreció un chicha que traía en sus manos una ñusta como bienvenida y dijo: —Estoy muy contento de que hayan venido a visitar a Qori Wayra, vengan con más frecuencia, sé que las extraña. Que bueno que estás bien Illary, se lo que aconteció y no debió pasar, los guardias están bien entrenados y un puma no debe ser un problema, por lo que no debió acercarse a ustedes más allá de lo largo de este palacio. Así que me deberán dar cuenta de su error—.

Illary callo de rodillas delante del Inca y le pidió permiso para hablar, el Inca se lo concedió se puso de pie y tomó otro poco de chicha y le dijo: —Viracocha Inca, sé que lo sabes todo, el jefe de la guardia me sacó del agua, me hizo respirar y volver a la vida, luego se interpuso entre el puma y nosotras y con su gran fuerza golpeó al puma y lo mató, de un solo golpe lo mató. Se que los culpables del descuido deben pagar, pero le ruego desde el fondo de mi corazón que no lo castigue a él, yo y mi madre nos sentimos seguras con su presencia es muy fuerte y arriesgó su vida por nosotras, y rogamos a Viracocha que siempre lo cuide y le suplicamos…—  en ese instante fue interrumpida por la madre que se arrodilló ante el Inca también y replicó —si, le suplicamos que no lo castigue y si ya no lo va a servir en palacio, que sea nuestra guardia porque con él nos sentimos seguras.—

Entró el jefe de la guardia, reverenció al inca y en sus manos tenía la piel del puma, entonces saludó al Inca, y le dijo —Aquí está la piel del puma como ordenaste, ¿Que hago con ella? — y el Inca le respondió —Ponla al pie de mi cama, cada día que me levante la pisaré por su atrevimiento, no debió poner en peligro a la familia del Inca, ese será su destino—

Qori Wayra vio al jefe de la guardia poner la piel al pie de la cama del Inca, y después de dejarla y voltear vio a los ojos a Illary, contuvo la respiración, la belleza de Illary lo impactó por segunda vez, solo que ahora no lo pudo ocultar, sus ojos brillaban y no dejó de mirarla. Illary se asustó, su corazón se aceleró, estaba el Inca y se dio cuenta. Quería advertirle, pero no salían palabras de su boca, su respiración se aceleró, lo miraba y no podía disimularlo, sus ojos también brillaban y se mezclaron la pasión y el terror comenzó a angustiarse, una lágrima salió y resbaló en su mejilla. Qori Wayra que contemplaba la escena volteó su rostro y miró al Inca que contemplaba también lo que sucedía, Maywa, la madre inclinó su rostro hacia el suelo y lo cubrió con sus manos, no quería ver ni oír. Hubo un silencio, Illary pensó nuevamente Viracocha sálvame y sálvalo a él primero el amor no se puede ocultar. Illary se dio cuenta que el jefe de la guardia también estaba enamorado de ella, y ella es un miembro de la familia real. 

Qory Wayra rompió el silencio y con una dulce voz dijo —Mi señor, estoy agradecida a este hombre que salvó a mi hermana y tuvo un gran valor, si no hubiera matado al Puma mi hermana hubiese muerto, con ella hubiese muerto también parte de mi corazón, es Viracocha que lo puso ahí para que mi corazón no llore el resto de mi vida y pueda vivir dándole felicidad a mi señor como debe ser—. 

El Inca sonrió, una calma volvió al lugar, las piernas de Illary flaqueaban y temblaban, luego se sentó y dijo, —oh, es el dolor que aún queda en mi pierna del golpe, creo que necesito descansar—, el Inca volvió a sonreír, miró al jefe de la guardia, luego tomó la mano de Mayhua y la levantó y la llevó para que se siente junto a su hija Illary.  Qori Wayra mantenía la calma, y no dejó que su corazón se agite, contuvo sus emociones para que el Inca no se altere, lo logró, pensó que cuando el amor llena el corazón se queda ahí porque lo que Viracocha pone en él nadie lo puede sacar, y si no puedes amar, entonces sientes que empiezas a morir. 

Después de dejar a Mayhua junto a su hija, miró a la pequeña Yura Chasqa, dormía plácidamente, la tomó en sus brazos y la besó, la entregó a manos de su amada Qori Wayra y tomó un poco de chicha y todos lo hicieron con él, el que estaba paralizado era el jefe de la guardia, estaba tieso, no movía ni un dedo. El Inca llamó a la ñusta y hizo que le sirviera chicha y eso rompió su postura erguida y congelada por la incertidumbre, la ñusta suspiró asustada, trajo tres keros (vasos) y uno estaba vació, pero no estaba limpio, no podía entender quién se lo tomó, Illary al contemplar la escena dijo, —es el mensajero de Viracocha, estuvo aquí, él se lo tomó solo sé que nadie lo puede ver, y lo hizo para que sepamos que está aquí.— 

El Inca miró a los ojos a Illary y sonrió, luego dijo: —El chasqui acaba de llegar, me trajo un mensaje, ahora él se hará cargo y será el nuevo jefe de guardia—, al oír esto el jefe de guardia sintió que un rayo le atravesó el cuerpo, —El Inca continuó ante la mirada incrédula de todos incluso la de Qori Wayra y mirando al jefe de guardia a los ojos le dijo, —Pero tú no te vas, estarás mas cerca porque te harás cargo personalmente de la seguridad de la familia real— un silencio breve dejó a todos atentos y escuchando —esto será hasta que tú, siguiendo tu corazón como ya lo he visto y ese amor secreto entre los dos los una, así será que tu pasarás a ser miembro de la familia real, y así, solo así podrás velar por la seguridad de todos sin alejarte de Illary, con esto el corazón de Qori Wayra será confortado y Viracocha que puso su mano en todo esto, será reverenciado porque siento que esa es su voluntad y por lo tanto es mi voluntad— Illary se arrodilló y besó la mano del Inca, y habiendo terminado de decir esto llegaron las ñustas con la merienda y la sirvieron, todos fueron a la misma mesa a comer y celebrar que se cumplieran los dos deseos de Viracocha, se sintió un gemido de bebé, era Yura Chaska que despertó…





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