Inteligencia y Espiritualidad
Por el Dr. Enrique León Maristany
Cuando me encuentro
frente a la obra de arte durante la contemplación, suceden muchas cosas, tal
vez lo inesperado, mi mente de estar en un estado lúcido se pierde en la
imaginación, mis emociones se desbordan, se apagan, reviven y se revuelven en
un espacio de confusión, hasta que llega la calma, y el mundo vuelve a mí, en silencio,
luego pienso sobre lo que siento, comienzo a sentir que pienso, en el silencio
de lugar, sólo, frente a la obra que me conmociona. Y después, solo después, el
juicio crítico: ¿Está bien? ¿Qué hay de nuevo? ¿Y la composición…?
Como ya expuse
en artículo del número anterior de esta revista, el espectador emite un juicio
estético o de gusto y un juicio de concepto o semiótico. El Juicio crítico es
el tercer juicio que realiza el espectador frente a la obra de arte. Nos
preguntamos ¿Todos los espectadores pueden realizar un juicio crítico?
Bernard Berenson
en el prólogo de su libro nos refiere: “ya que la apreciación implica el gozo
con reflexión inteligente y aun la meditación más profunda, que puede merecer
el epíteto de “intelectual”.” (Berenson, 1970, p. 11)
Durante su
discurso introductorio nos habla y sostiene que el arte nace y surge del
espíritu del artista: “Nos dedicamos con más humildad y provecho a tratar de
comprender la naturaleza de la energía creadora como una actividad del
espíritu” (Berenson, 1970, p. 19) y le dedica muchas líneas a explicar este
fenómeno.
Bernard Berenson
nos ayuda a entender la significación de la palabra espíritu.
“Todo aquello de lo que somos conscientes, el
más leve cambio dentro de nosotros que llegue a la conciencia y la afecte,
atañe al espíritu, es espiritual. Es tarea del arte, como de toda actividad
relativa, ampliar los horizontes de la conciencia no sólo en extensión y
profundidad, sino también en altura. El arte se encuentra en esa región del
espíritu porque está basado en procesos que dentro de nosotros se manifiestan
en la conciencia. Lo que existe bajo el umbral de la conciencia pertenece a la
fisiología y no a la estética, la teoría o la historia del arte”. (Berenson,
1970, p. 16.17)
Para acotar al entendimiento
de la espiritualidad Philipp Lersch nos lo define: “Si la inteligencia es un concepto de rendimiento podemos hablar,
aparte de la inteligencia general, de ciertas formas especiales, o sea de
inteligencia matemática, técnico constructiva, jurídica, médica, psicológica, estrategia,
comercial, teniendo en cuenta las diferentes esferas objetivas en las que el
hombre ha de orientarse.
Por otra parte, hay que distinguir de la inteligencia
la espiritualidad. En los dos casos interviene el pensamiento. Sin embargo,
cuando hablamos de la espiritualidad de un hombre no queremos decir – como
hablar de su inteligencia – que puede aplicarse mediante el pensamiento al
cálculo y domino del mundo, sino que se esfuerza, y es capaz de ello, en dar a
su existencia, iluminándola intelectualmente, un horizonte de sentido, en
concebir el mundo como algo que proporciona sentido a su existencia.” (Lersch,
1971, p. 463).
Teniendo en
claro qué es la inteligencia y qué es el espíritu entonces ¿Cuál es su relación
con el arte y la crítica? Buen comienzo para entender los procesos del juicio
crítico. El arte es un proceso en el cual la idea se convierte en objeto
estético. La idea resulta y se gesta en la imaginación del artista por
pensamientos cognitivos e impulsos afectivos. Para esto es necesario un impulso
creador y sólo es posible con la mediación del espíritu. Este impulso no tiene
origen solamente en un racionamiento sobre lo que se debe hacer, sino en un
deseo de hacerlo. Cuando se tiene la intención de llegar a la conciencia y el
sentimiento del espectador, entonces se trasciende al crear objeto estético.
Esta trascendencia es el comienzo de la crítica y el juicio crítico.
Inmanuel Kant refiere:
“El Juicio no puede, pues, suministrar un concepto que
nada nos hace conocer, y que solamente sirve de regla a sí mismo, aunque no de
regla objetiva, a la cual pudiera acomodarse; porque entonces, necesitaríamos
otra facultad de juzgar, para resolver si es o no ocasión de aplicar la regla.
Esta dificultad que
presenta el principio subjetivo u objetivo de la facultad de juzgar, se nota
principalmente en aquellos juicios llamados estéticos, que tratan de lo bello y
lo sublime, de la naturaleza o del arte; y sin embargo, la investigación
crítica del principio de estos juicios es la parte más importante de esta
facultad.” (Inmanuel Kant, Crítica del juicio
seguida de las observaciones sobre el asentimiento de lo bello y lo sublime Pág.
11)
Kant nos hace
una referencia importante, “la investigación crítica del principio de estos juicios…”
es importante saber que la idea de juicio es producto de investigar y
reflexionar para encontrar estos principios, que es de lo que se trata este
artículo. Luego continua “… seguida de observaciones…”. Aquí nos hace
referencia a la necesidad de un método, en este caso la observación, que es la
que recogerá información suficiente para poder reflexionar sobre esta.
Investigación y Crítica en las artes plásticas
Como primer principio tenemos que considerar:
El conocimiento de las dimensiones en el proceso
creativo en el arte.
La crítica y la
investigación en el arte trabajan en tres dimensiones:
1.
La dimensión creativa en la cual el
artista toma decisiones muy subjetivas sobre la objetivación de la idea en la
obra estética que se integran en la imaginación:
- El género.
- La categoría estética.
- La técnica.
- Los instrumentos y
- El estilo o tendencia.
2.
La dimensión de estructura artística (compositiva) en la cual el artista utiliza todos los elementos de la estética
clásica y contemporánea en el proceso de objetivación de la idea que se
integran en la práctica artística:
·
Proporción
·
Equilibrio
·
Perspectiva
·
Morfología (Forma)
·
Línea - Contorno
·
Armonía
·
Color
·
Ritmo
3.
La dimensión de concepto es la dimensión
en la que se ha estructurado la idea que debe recibir el espectador, esta se
integra a la cognición y afectividad del espectador y puede ser:
·
Sígnica
·
Onírica
·
Conceptual
·
Abstracta
Podemos deducir que todos estos elementos que forman parte del
proceso creativo involucran definitivamente un conocimiento de arte. Si a esto
le agregamos la historia esto se vuelve más complejo.
Renglones arriba hemos visto como la filosofía del arte, la
psicología y las teorías del arte están involucradas en el juicio del
espectador, el gusto y el concepto toman la mente y lo intrínseco de su
afectividad en una sola lectura. En el juicio crítico ha de influir el gusto
del espectador-crítico, también de manera decisiva sus conocimientos sobre
arte. Es decir un espectador-crítico va a realizar un juicio crítico con mayor
asertividad a mayor conocimiento sobre los fenómenos estéticos, tanto desde la
historia, la estética, la semiología y las teorías del arte. Un espectador con
pocos conocimientos sobre las dimensiones en la plástica artística que realice
una crítica, dejaría de considerarse una crítica artística y se convertiría en
una mera opinión.
Por experiencia puedo afirmar que existen más opiniones que críticas
en el arte en nuestro contexto, y en el arte contemporáneo aún más.
Cuando Inmanuel Kant nos refiere que la investigación crítica del principio de estos juicios es la parte más
importante de esta facultad. Entonces nos corresponde determinar el
criterio que debe establecer el principio del juicio, y en el caso de la
crítica, del juicio crítico.
El segundo principio a considerar para el juicio crítico es:
Aprehensión de los valores estéticos en la obra de arte
contemporáneo.
Para poder entender el arte contemporáneo es importante conocer lo
que son las valoraciones en la expresión plástica, es así que es necesario también
conocer las valoraciones estéticas sobre todo a partir del impresionismo hasta
nuestros días.
Bernard Berenson aporta uno de sus principios que coadyuvará a aprehender el segundo principio a
considerar en el juicio crítico contemporáneo: “Será mi empeño hacerme a mí y
hacer a mis lectores más conscientes de las potencialidades y cualidades de
este mundo del arte, de este reino de la satisfacción ideada. No puedo insistir
demasiado en que lo que importa al arte en cuanto distinto de la materia, de la
técnica y de las llamadas formas naturales, es la preponderancia de las
satisfacciones ideadas sobre las reales”. (Berenson, 1970, p. 17)
Las valoraciones estéticas son motivo de reflexión en el arte
contemporáneo. Es el valor de las ideas el que emerge sobre las intenciones
plásticas. De ahí la importancia de conocer y reconocer estas valoraciones.
Esto sucede de manera aprehensiva en el crítico, lo que implica dentro de las
dimensiones artísticas diferenciar y reconocer la genialidad, producto del
innatismo en el artista.
Valores estéticos
contemporáneos
A principios del siglo XIX los valores estéticos estaban definidos,
entre ellos, el mimetismo, la fidelidad del color, la temática, etc. A partir
de la segunda mitad del siglo XIX aparecen nuevos artistas que cambiarían los
valores conocidos hasta ese entonces, aportando nuevas ideas que asumirían un
arte moderno y luego contemporáneo basado en estos nuevos cambios hacia nuevos
valores.
Tomemos como principio la definición de Dietmar Elger (2006) en su
libro “Arte Abstracto”. “…toda
pintura es siempre también una abstracción. De hecho, ningún cuadro figurativo
encarna un valor sustancial y autónomo, sino que es un producto derivado de la
realidad, a la que toma referencia e intenta imitar. De tal modo, la pintura
figurativa nunca puede ser realidad en sí misma.” (Pág. 6)
Como primer entender, lo que pinta o esculpe un artista no es lo que
se ve, sino lo que piensa, en este entender lo que resulta de la contemplación
de la obra de arte, no es la percepción de una copia fiel de la creación
divina, sino el resultado de la creación humana en el espacio estético. Lo que
nos lleva a concluir que el mimetismo en el arte contemporáneo es un valor
estético en que la realidad que el artista percibe, implica una transformación
abstracta que resulte en una creación plástica.
Al referir en su análisis plástico el libro: Verticales. (2010). Como reconocer estilos en la pintura - Arte y
Personalidad. Describiendo los nuevos valores en la estética contemporánea
que podemos resumir:
Si tomamos las ideas de los artistas a partir de fines del siglo XIX
en el impresionismo tenemos que analizar los principios del impresionismo como
estilo que se convierten en nuevos aportes a los valores estéticos:
1.
Su idea básica “La Luz”.
2.
Pintura al aire libre “plain
air”.
3.
La desaparición de contornos
por efectos de la luz.
4.
La yuxtaposición de colores
como elemento para crear la forma.
5.
Las sombras no son grises, son
también colores.
6.
Aplicación de contrastes para
lograr un nuevo equilibrio.
7.
El color guarda armonía en su
composición.
8.
La ausencia del negro en la
paleta del pintor.
9.
El impresionismo toma la
perspectiva de manera intuitiva más que académica.
Los post impresionistas aportan como nuevo valor a partir de Edgar
Degas, la pintura memorística en lugar del Plain Air, y el color como valor
estético.
El simbolismo aporta la importancia del mensaje en la creación
estética a través de la exaltación del valor simbólico.
El fauvismo y el navismo aportan como valores estéticos la libertad
de composición y color incidiendo en la irrealidad del color como se aprecia en
el cuadro de Vlaminck (ver imagen) donde se aprecia un cielo amarillo y nubes
verdes, un mar verde con una playa de arena roja con botes multicolores. La
escultura fauve aporte como nuevo valor estético el crear obras sin importancia
alguna.
El cubismo analítico aporta como nuevo valor estético el uso de
diferentes perspectivas o puntos de vista y la ruptura de un único foco de luz
en el espacio pictórico, así como la descomposición de la imagen en múltiples
facetas de composición geométrica, el cubismo sintético aporta como nuevos
valores estéticos la incorporación de números y letras, así como el collage y
el trozado de la imagen en la representación.
Los expresionistas no solo consideran los estados emocionales como
valores estéticos, sino la deformación de la forma y la exageración en el
color.
El futurismo incorpora como valor estético el movimiento, mientras que la pintura metafísica devuelve los valores académicos al arte e integra un nuevo valor estético junto con el dadaísmo y el surrealismo, los elementos oníricos en la composición.
El futurismo incorpora como valor estético el movimiento, mientras que la pintura metafísica devuelve los valores académicos al arte e integra un nuevo valor estético junto con el dadaísmo y el surrealismo, los elementos oníricos en la composición.
La pintura no figurativa y el arte abstracto aportan como valores
estéticos la expresión espiritual e interiorizada del arte a través de la
desintegración de la imagen figurativa y la expresión de colores, líneas y
formas sin representación alguna. Lo cual lleva al público a una contemplación
de lo inefable y expresivo de las emociones interiorizadas de los artistas.
A esto debemos agregarle los aportes del minimalismo, el
conceptualismo, el op art, el pop art, y todo lo que resulta del arte y la
contemporaneidad.
Al entender de la contemporaneidad en el arte podemos citar a Miguel
Cereceda que en la introducción de su libro: Problemas de arte contemporáne@
(2008) nos dice: “Pues el arte en primer lugar es verdadera realización real de
la libertad: el arte que uno hace es exactamente lo que uno quiere hacer …
puede que no exista «la» interpretación correcta de una obra de arte, lo que no
impide que no pueda ser posible mostrar que otra interpretación determinada sea
incorrecta o directamente falsa. Lo que desde luego centra en torno al criterio
de la verdad y del conocimiento
buena parte de nuestros problemas” (Pág.14).
Aquí surge un tercer principio a considerar:
La retórica necesaria que acompañe el análisis crítico.
Pierre Guiraud nos ayuda a comprender el tercer principio, ya que en
su libro La Semiología define las funciones del signo; la cuarta función
definida por Guiraud es “la función poética o estética, que es definida por
Roman Jakobson como la relación del mensaje consigo mismo. Es la función
estética por excelencia: en las artes,
el referente es el mensaje que deja de ser el instrumento de la comunicación
para convertirse en su objeto.” (Guiraud, 1972, p. 13)
La lectura no solo es semiótica, sino responde a una categoría, lo
cual trastoca la intimidad del espectador con suavidad o profundidad, esto no
responde a un conocimiento científico, sino a una experiencia estética, lo cual
convierte la lectura en poesía, es decir en arte, es decir también una lectura
plástica poética, donde todas las dimensiones tienen el objeto de convertir el
mensaje en su objeto. Por lo tanto la crítica no responde a una semiología del
lenguaje coloquial, sino un lenguaje más versado que acompañe la emoción de la
obra de arte en su dimensión.
Conclusión
Para poder realizar una investigación crítica en el arte
contemporáneo es necesario tomar en cuenta que el juicio crítico obedece a tres
principios que son:
·
El conocimiento de las dimensiones en el proceso creativo en el arte,
investigar.
·
La aprehensión de los valores estéticos en la obra de arte
contemporáneo, reflexionar.
·
La retórica necesaria que acompañe el análisis crítico, discursar.
Es así que en la crítica el arte, el conocimiento del crítico sobre
arte, es de sobremanera importante para un buen juicio crítico, acompañado de
una aprehensión sobre los valores estéticos y la retórica que le da valor
poético a la expresión plástica.
Entonces el discurso crítico
será sabio y elegante, como debe ser.
Publicado en la revista de Arte y Cultura "Contrastes" de la Escuela Superior Autónoma de Bellas Artes "Diego Quispe Tito" del Cusco, 2014 Ano 4 N° 4 págs. 47 al 52
BIBLIOGRAFÍA
Berenson, B. (2005). Estética
e Historia en las Artes Visuales. México D.F.: Fondo de Cultura Económica.
Cereceda, M. (2008). Problemas
del arte contemporáne@, filosofía del arte en 15 lecciones. Murcia:
Cendeac.
Guiraud, P. (1986). La
Semiología. México D.F.: Siglo XXI Editores.
Kant, I. (2008). Observaciones
acerca del sentimiento de lo bello y de lo siblime. Madrid: Alianza
Editorial.
Lersch, P. (1974). La
estructura de la Personalidad. Barcelona: Ed. Scientia
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