EL PROCESO CREATIVO EN EL ARTE
DIAGRAMA
DE MARISTANY
El proceso
creativo contiene un mensaje dado, y al artista, como comunicador social por
excelencia, le toca esa tarea. En el proceso
han intervenido causas cognitivas y afectivas. Para que la obra de arte sea una realidad, esta, está condicionada en primer lugar (momento) al gusto del
artista, Lionello Venturi, en su libro “Historia de la Crítica del Arte”
Barcelona 1982, nos da la siguiente
definición: “…declaro que entiendo por gusto el conjunto de las preferencias,
en el mundo del arte, de un artista o de un grupo de artistas” … de ahí deducía
“En este sentido el gusto une a los artistas de un periodo histórico, escuela o
tendencia, como se quiera denominar, y es el camino por el que conviene pasar
para llegar a entender el arte individual”.
El gusto del artista va a delinear como se va a comunicar esta idea. Ahí
está su alma. “… existe también una acción de lo anímico sobre los corporal «porque el curso de las funciones orgánicas puede ser esencialmente
modificado por los influjos anímicos, especialmente afectivos»”, – Phillipp Lersch La
Estructura de la personalidad” Barcelona 1974, pág. 88).
En segundo lugar (momento) el proceso
creativo está condicionado a su voluntad, la voluntad pertenece a la estructura
superior de la personalidad del artista, esta responde al impulso anímico
creador en su yo, consciente y firme en su deseo de crear. Phillipp Lersch en su obra citada en pág. 447
nos dice: “… En el pensamiento y en la voluntad se percibe el Yo como punto de
partida de los procesos anímicos, Merced a la voluntad el hombre se siente,
como dijimos, centro consciente unitario del Yo, no impulsado y gobernado de un
modo pático, sino dirigiendo activamente: no como movido, sino como moviente”.
Esto nos hace ver que un proceso
voluntario tiene su motivación en un impulso anímico (alma) el cual defino como
INSPIRACIÓN, ese impulso anímico (esa inspiración) es la que motiva la voluntad
referida al Yo como punto de partida, que está denotando la originalidad de la obra de arte. La relación Yo–Originalidad es una de las condiciones
necesarias para definir lo que es obra de arte.
Entonces nos
preguntamos: ¿Y por qué el gusto antes de la voluntad? Porque la voluntad
necesita del gusto para poder dar el
paso al segundo momento de la creatividad. Esto lo refiere también Phillipp
Lersch en su obra citada en la pág. 448, “… Pero esta [la voluntad] necesita, para llevar a cabo esta tarea, la
colaboración de aquellos procesos anímicos que hemos reunido bajo el concepto
de aprehensión intelectual”.
El siguiente
paso es la codificación: denotación y connotación semiótica, la creación de los
signos y su significado, su relación, aquí se estructura el mensaje en el medio
elegido al gusto y voluntad del artista: color, volumen, trama, etc. Este es el
segundo momento de la creación, el
momento en el cual el original imaginado es convertido en “objeto de arte”, lo
cual lo define como mensaje objeto. Para esto el artista elegirá
codificar su mensaje en una categoría estética, lo cual es muy importante
porque la elección de la categoría va a darle al mensaje un valor afectivo que
va a surgir desde sus sentimientos y deseos de hacerlo de manera muy personal.
Hay que resaltar que el resultado puede crear conflicto cognitivo y afectivo en
el espectador. La voluntad del artista tiene una tremenda influencia para
llevar a cabo esta decisión.
El tercer momento (ver
gfráfico) se denomina momento estético,
en la que surge la experiencia estética,
que involucra al espectador. Recordemos que
en una obra visual de arte se ve globalmente todo de una mirada, lo denotativo y lo connotativo.
El espectador va
a vivir una experiencia estética, va
a sumirse en un tiempo (momento estético)
en una íntima relación con la obra de arte, a esto se denomina contemplación estética. En la obra de
arte están la representación, el simbolismo y la expresión del artista. Por lo
tanto existirá una presión sobre la obra de arte para la decodificación del
mensaje, para la comprensión semántica, sintáctica y pragmática del mensaje. El
espectador tendrá una sensación de placer (goce) estético, y por lo que la
separación en el subjetivismo de sus propios intereses es importante. “…Por último estamos capacitados
para definir al deleite estético en general como el goce en la contemplación
desinteresada de un objeto puramente concreto” . (Innamuel Kant).
“El proceso mental en la lectura del signo
consiste en captar simultáneamente el conjunto de sus elementos, de modo que la
relación entre ellos da lugar a la significación”. *Zecchetto Victorino (2010)
La danza de los signos. Pág.99
No hay comentarios:
Publicar un comentario